domingo, 12 de junio de 2011

Técnica poética?




Si se han interesado en lo poético, entonces también debieran interesarse en las técnicas de la artesanía de lo poético. Pero aquello ya sería otra materia, relacionada sí, pero otra.



En espacialización: verían verso métrico, (y menores y mayores; y descubrirían que los mas usados en castellano son el octosílabo y el endecasílabo), y libre y blanco.; y en el verso métrico, canciones, liras, sonetos, villancicos, romances, odas, y otras así; y de estrofas o estancias de distinto tipo, cada cual con su nombre, etc., etc.



En ritmo: se hablaría de los ritmos trocaicos, dactílico, yámbico, anapéstico, antibráquico; y de rima y de encabalgamientos; y de diferencia entre sílabas sonoras, y sílabas rítmicas, acentos interiores y acento final, y sinalefa, sinéresis, y diéresis; cesuras, y otras cosas difíciles de retener, como por ejemplo: que el mejor medio para verificar el ritmo es la lectura en voz alta y la apreciación subjetiva de si se arma o no un ritmo adecuado al hacer entre manos; pero en general se estudiarían elementos relacionados con la acentuación, y las pausas.



En sonoridad: de anáforas, repeticiones, aliteraciones, y rimas finales e internas, de cacofonía, y de las relaciones entre ritmo y sonoridad, y de las sílabas tónicas y las átonas. Y en general, aquello relacionado con la repetición o no de sonidos, con fines ya sea solamente retóricos o funcionales al poema.



En imagen, de símil, imagen, metáfora, alegoría, símbolo, oxímoron, antítesis, sinonimia; y así de muchos otros conceptos designados con palabras de difícil pronunciación, y aún más difícil aprendizaje de qué es lo que significan, como el trío de: sinécdoque, metonimia y catacresis, como formas generales del lenguaje hablado. Pero en general refieren la manera de decir algo de modo indirecto y velado. (Y por tanto irían desde el decir directo, al popular, al común y corriente, al culto, al pomposo, al irónico, al mordaz, al slang, y decenas de otros.)



Y en sintaxis, (además de aprender toda la sintaxis de la lengua en cuestión), hablarían de formas apostróficas y otras, del orden directo de la construcción gramatical, y de las forma hiperbatonizadas, de afirmación, interrogación, subordinación, y cosas por el estilo, de onomatopeyas, slang, jitanjáforas, balbuceo, y muchas otras necesarias de conocer; y de signo, significado y significación; y de la diferencia entre poesía como canto, y poesía como habla, y del tono en que se emite el discurso en sus distintos momentos, y de por qué es distinto en castellano anteponer que post poner un adjetivo; y entenderían que la sintaxis se puede dislocar, dentro de lo normal, con fines ornamentales, o se la puede dislocar, e ir mucho más allá de la normalidad, con fines funcionales a las exigencias de lo poético, o conservar la normalidad en exigencia de los mismos fines. Y por supuesto que tratarían el tema de enunciar desde un yo encubierto u oculto, y lírico, u otro épico, o desde una posición despersonalizada, o desde un tú, o un él, o varios, y hablar en presente, o en pasado, o en futuro, o en una mezcla abigarrada, sin olvidar el hablar en monólogo interior. Y estudiarían a qué resultados conduce el dar preferencia a las formas verbales, o a las puramente nominales, o a las adjetivas, y cuál es el papel de usar o no los nexos y la cláusulas subordinadas.



Y desde el proceso social de producción de poesía: estudiarían lo que se ha dado en llamar intertextualidad e intratextualidad.



Todo un gigantesco aparataje, que la mayoría de los poetas usa, sin saber el nombre de lo que está usando, pero que es el pan de cada día de los analistas literarios. A veces, no siempre, saber mucho de todo aquello ni siquiera conduce a buenos análisis literarios, y por supuesto, que no a escribir, sine qua non, buenos poemas.


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